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Renace la velocidad en Cuba
Autor: Néstor Calixto
21 Apr 2009

Luego de una larguísima espera de más de 30 años las pruebas de velocidad en la mayor de las Antillas muestran signos de recuperación.

En la joven temporada de 2009 un atleta de solamente 17 años, Roberto Skyers (cumple 18 el 12 de noviembre), acaba de registrar el tercer mejor tiempo en la distancia de 200m en la historia del Atletismo cubano, 20.24 segundos.

En Skyers se cifran las esperanzas de Cuba y su atletismo para hacer retornar la velocidad a planos estelares en el mundo, posición y prestigio ganados gracias a luminarias como Barrientos, Ortiz, Fortún, Figuerola o Leonard.

Los estelares

La historia de los buenos velocistas de Cuba se remonta a las primeras competencias de Atletismo que se organizaron en la isla. El primer gran esprínter cubano fue José Barrientos, único representante del país en los Juegos Olímpicos de 1928, en Ámsterdam, Holanda. Allí ganó su carrera de primera ronda y fue eliminado en cuartos de final, cuando finalizó quinto y último en la misma serie en que corrieron Percy Williams (Canadá) y John London (Gran Bretaña), a la postre campeón y subcampeón del hectómetro en esa edición olímpica.

Un año antes Barrientos, natural de Matanzas y conocido como el “Relámpago del Caribe”, había igualado el registro mundial de 100m con 10.4 segundos, en competencia celebrada en La Habana, pero su marca no fue reconocida oficialmente como récord mundial.

Todavía hoy, en La Habana, se celebra una competencia internacional que lleva el nombre de Barrientos, en honor a su magnífica carrera atlética.

Su registro cubano de 10.4 fue superado por el astro de la velocidad de la siguiente generación, el cienfueguero Jacinto Ortiz, quien corrió 10.3 segundos en una serie semifinal de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1938 en Panamá.

En esos Juegos Jacinto Ortiz ganó tres medallas, oro en 200m, plata en 100m y bronce como integrante de la posta de 4x100m.

El siguiente as entre los velocistas cubanos venía de Camagüey y se llamó Rafael Fortún. Su actuación más trascendental tuvo lugar en los I Juegos Panamericanos de Buenos Aires en 1951 cuando alcanzó la gloria al titularse en 100m y 200m, un hecho repetido 28 años después por otro cubano. En ambas finales superó a dos ases mundiales de la velocidad: Arthur Bragg (USA, plata) y Herb McKenley (JAM, bronce). Fortún fue, sin lugar a dudas, el más grande de los velocistas cubanos hasta ese momento y puso el nombre de su patria en la órbita mundial, con sus actuaciones de Buenos Aires.

Si en los Panamericanos de 1951 hizo historia, desde 1946, en Juegos Centrocaribe, la comenzó a escribir y con letras doradas. En las contiendas regionales más antiguas del mundo Fortún ganó tres veces los 100m (1946, 1950 y 1954, ya a los 34 años). En total sumó ocho medallas en sus tres actuaciones (5 de oro y 3 de plata).

Fortún en cambio no pudo superar el registro de Jacinto Ortiz de 10.3 en los 100m. Este mérito le sonrió al santiaguero Enrique Figuerola. “El Fígaro” se sobrepuso a su pequeña estatura y su figura no ideal para la velocidad y a fuerza de unas piernas veloces y una arrancada explosiva accedió a dos finales olímpicas de 100m (Roma 1960 y Tokio 1964, además de las semifinales de México 1968) y cosechó más medallas en Juegos Olímpicos que ningún velocista cubano hasta la actualidad. Fue plata en los 100m de Tokio 1964 y sumó otro metal de idéntico color como integrante del relevo 4x100m de la isla, en los Juegos de México 1968.

Figuerola dio el primer aviso a sus rivales cuando terminó cuarto en la final olímpica de Roma 1960, en el hectómetro. Con esta actuación igualó la mejor actuación de un cubano en el Atletismo de los Juegos Olímpicos Modernos (Félix “El Andarín” Carvajal terminó en idéntica posición en el Maratón de 1904, en San Luis).

1968 marca el momento cumbre para la velocidad cubana. En los Juegos de la capital mexicana la mayor de las islas del Caribe presentó tres atletas en 100m y los tres llegaron a semifinales, aunque sólo uno de ellos accedió a la final, Pablo Montes, quien finalizó cuarto.

Después de los Juegos de México los récords cubanos de 100m y 4x100m fueron mejorados con creces. En el hectómetro Pablo Montes fijó la marca nacional en 10.14 segundos y el relevo 4x100m (integrado por Figuerola, Montes, Juan Morales y Hermes Ramírez) llevó el tope cubano hasta 38.40 segundos, un registro que se mantuvo incólume por ¡24 años!

Llegó entonces la época del último gran velocista que ha dado Cuba. Su nombre: Silvio Leonard. Nacido en la sureña ciudad de Cienfuegos (como Jacinto Ortiz), Silvio mostró credenciales de buen velocista desde muy joven. Con 18 años implantó récord nacional juvenil de 10.24 segundos en 100m, registro que aún se mantiene vigente.

Comenzó a asombrar al mundo cuando se tituló en 100m en los Juegos Panamericanos de México 1975. Pero la suerte le jugó una mala pasada. Luego de la victoria, sufrió un aparatoso accidente al caer en el foso que rodea la pista del Estadio Olímpico de la Ciudad de México. Esto mermó sus posibilidades para los Juegos Olímpicos de Montreal, un año después. Sin tiempo para recuperarse, solamente pudo ser testigo visual de la primera victoria olímpica en 100m de un atleta del Caribe, el trinitario Hasely Crawford.

En 1977, ya totalmente salvada la lesión, se convirtió en el segundo humano en correr 100 metros en menos de 10 segundos con cronometraje electrónico, cuando negoció la distancia en 9.98 segundos, ayudado por la altura de la ciudad de Guadalajara, en México. Ese mismo año fijó el tope de los 200m para Cuba en 20.08. Fue el mejor corredor del mundo en ambas distancias durante la temporada. El registro de 100m se mantiene vigente hoy día, casi ¡32 años! después, como Récord Nacional de Cuba. En 200m corrió 20.06 en 1978, marca que también mantiene su vigencia como registro cubano.

Leonard reeditó la hazaña de Rafael Fortún al ganar 100m y 200m durante los Juegos Panamericanos de 1979, en San Juan, Puerto Rico. En Juegos Centrocaribe cosechó 6 medallas (5 de oro y una de plata).

Otros pergaminos que se agenció Leonard fueron el subtítulo olímpico de 100m en Moscú 1980 (final muy devaluada por la ausencia de los velocistas de Estados Unidos), fue Campeón de 200m en la II Copa Mundial de Atletismo (Roma 1979) y subtitular en 100m.

Se acabaron los velocistas en Cuba

Luego de Leonard se podría pensar que se acabaron los velocistas en Cuba. Luego de su retiro las marcas de 100 metros se han degradado enormemente, al extremo de que hace más de 20 años que un cubano no baja de 10.10 segundos en el hectómetro (el último que lo hizo fue Andrés Simón, 10.06 en 1987).

En 1977, cuando Leonard corrió su récord de 9.98, Cuba se ubicó como el segundo país con mejor récord nacional, únicamente superada por Estados Unidos (el récord mundial pertenecía a Jim Hines, 9.95, en México 1968).

Hoy día existen 12 países que tienen récord nacional mejor que el de Cuba, de ellos 5 de Centroamérica y el Caribe. Un total de 51 atletas (11 de CAC) y 295 marcas superan el 9.98 que aún figura como Récord Nacional de Cuba.

Las razones para este retroceso hay que buscarlas dentro de Cuba, pues sin dudas algo se está haciendo mal. Y ya la ventaja que llevan los contrincantes es grande.

Luego de Moscú 1980, año de la última final de 100m al máximo nivel (léase Juegos Olímpicos o Campeonatos Mundiales) en que tomó parte Silvio Leonard, Cuba nunca ha llegado a una final. En 200m se llegó a la final de 1997 (Iván García terminó sexto). Lo más destacado en este período oscuro es la victoria de Andrés Simón en 60m durante el Mundial Bajo Techo de Sofía, Bulgaria, en 1989. Los cubanos no son siquiera contendientes a tener en cuenta por sus rivales. La mayoría de las veces ni siquiera han asistido a correr individualmente.

Sin embargo el talento está. Recordar que las raíces de Cuba son las mismas que las de Jamaica u otras islas del Caribe. Se habla de quemar etapas, de forzar resultados en edades tempranas. El hecho es que, igual que han surgido otras pruebas en que el Atletismo de Cuba destaca y es protagonista en cuanta competencia se celebra, los velocistas ni siquiera asoman por ellas.

Una luz en el camino

Pero quizás todo no esté perdido para la velocidad en Cuba. Asoma una luz en el camino. Un joven atleta de la isla acaba de dar el primer aviso de que quizás estemos en presencia de un super talento o que los entrenadores hayan encontrado el “antídoto” para mantener a los velocistas cerca de la elite mundial.

El camagüeyano Roberto Skyers se vislumbra como el sucesor de los Barrientos, Ortiz, Fortún, Figuerola o Leonard. El registro que alcanzó en los topes de la selección nacional a inicios de la temporada 2009, lo acaba de confirmar en “casa del trompo” al triunfar con 20.34seg en los 200m de un meeting en Jamaica. Allí preparan su temporada los velocistas cubanos, dirigidos por Hermes Ramírez, integrante del equipo olímpico a México 1968 y un talento de la velocidad cubana de aquellos años.

Luego de más de 30 años de espera el Atletismo cubano parece estar a las puertas de un renacer de la velocidad, de la mano de un ex talentoso velocista y en la figura de un prospecto con mayúsculas: Roberto Skyers.
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