El pasado domingo 27 de octubre de 2008, falleció en La Habana, producto de un infarto cardíaco, a la edad de 62 años, el velocista Pablo Montes, uno de los integrantes de la cuarteta de relevos 4x100 metros que se alzó con la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de México en 1968.

Pablo Montes estampó su nombre en el universo atlético por su increíble actuación en los citados Juegos Olímpicos, cuando primero en los 100 metros y luego como tercer hombre del relevo cubano de 4x100 metros, accedió a las finales respectivas de esas pruebas en la capital mexicana.

Su inicio en el deporte fue a los 13 años, como jugador de fútbol. Su calidad lo llevó a integrar el equipo juvenil cubano. En 1964 cambió los pinchos de fútbol por las zapatillas de velocista y muy pronto, en 1967, fue el primer cubano en correr 400m en menos de 47 segundos, 46.72, nuevo record nacional. Ese año participó en su primera gran competencia internacional, los Juegos Panamericanos de Winnipeg. Allí se agenció dos medallas, plata en 4x100 y bronce en 200 metros.

México’68, una hazaña irrepetible

Pablo Montes llegó a México como el tercer cubano en el hectómetro, detrás de Enrique Figuerola (plata en Tokio 1964) y Hermes Ramírez y fue el único de los tres que llegó a finales. Su progresión y estabilidad sorprendió a todos, cuando marcó, en las cuatro carreras, idéntico registro manual de 10.1 (sólo 5 centésimas separaron a los 4 registros electrónicos: 10.14, récord de Cuba en primera ronda; 10.16, 10.19 y 10.14). En la final arribó cuarto, detrás de Jim Hines (USA, 9.95, nuevo récord del mundo y el primer humano en correr 100m en menos de 10 segundos, con crono electrónico y viento legal), Lennox Miller (JAM, 10.04) y Charles Greene (USA, 10.07).

Luego vendría la carrera de relevos, en la que unió fuerzas con Hermes Ramírez, Juan Morales (vallista) y Figuerola, para, en primera ronda, superar el récord olímpico (38.76); en semifinales, superar al equipo de Estados Unidos (38.64 por 38.69) y en la final, corroborar la gran estirpe de velocistas de la isla y terminar segundos, con 38.40, detrás del relevo americano (38.24, récord mundial). Este registro fue récord nacional de Cuba hasta que en 1992 (24 años después) otra cuarteta cubana lo superó, en Barcelona.

Pablo Montes siguió compitiendo al más alto nivel hasta su retiro, al final de la temporada de 1976. Participó en 3 Juegos Olímpicos (1968, 1972 y 1976), 3 Juegos Panamericanos (1967, 1971 y 1975) y 2 Juegos Centroamericanos y del Caribe (1970 y 1974). Precisamente dos años después de su hazaña olímpica, registró otra gran actuación, en los Juegos CAC de Ciudad de Panamá 1970. Allí se alzó con tres títulos, 100, 200 y 4x100, además de registrar 9.93 en 100m, aunque con viento superior a los 2.0m/s.

Al momento de fallecer trabajaba en la capital de Cuba, como entrenador de jóvenes atletas y era Presidente de la Comisión de Veteranos de la Federación Cubana de Atletismo.

Justo premio: en el Salón de la Fama del Atletismo de CAC

Un justo premio a su actuación olímpica de 1968 y a su carrera deportiva, le fue conferido a Pablo Montes en 2005, cuando la Confederación Centroamericana y del Caribe de Atletismo lo incluyó en su Salón de la Fama. En ceremonia celebrada en el Hotel Nacional de La Habana, se unió a esta galería de inmortales del Atletismo regional, que exalta a atletas que han ganado al menos una medalla olímpica o mundial o han implantado records del mundo y además han participado con éxito en campeonatos regionales.

Gracias a Dios Pablo Montes pudo vivir y disfrutar de este nuevo momento de gloria, que lo ubica junto a luminarias de su deporte como Wint, McKenley, Quarrie, Miller, Rhoden (todos de Jamaica); Crawford (Trinidad y Tobago), Juantorena, Sotomayor, Quirot, Chivás, Leonard, Colón, Figuerola (por Cuba).

En paz descanse, Pablo Montes.