Ayer supe la noticia de que en la noche, mientras dormía, falleció en su casa del Sevillano Basilio Fuentes Ferrer, el primero y más grande de los Estadísticos Cubanos de Atletismo.

Sentí un gran pesar por la noticia, pesar que me mueve a escribir estas líneas para compartir con todos, los que lo conocieron y los que no.

Desde que le conocí personalmente en 1990, gracias a un amigo común, sentí una admiración tremenda por este hombre, que ya desde entonces había padecido de un infarto del miocardio pero que trabajaba a un ritmo tal que nadie podía imaginar su delicado estado de salud.

Yo tenía 24 años y estaba acabado de graduar  de Cibernética Matemática en La Universidad de La Habana. Mi pasión por el Atletismo era tal que me iba a las bibliotecas de la ciudad, en busca de periódicos viejos, donde apareciera información de mi interés.

Fue precisamente en la Biblioteca del INDER (Instituto de Deportes), mientras dejaba ver mi interés por este deporte, que el bibliotecario del centro, quien ya me había visto en otras ocasiones, me dijo que la información que yo buscaba únicamente la podría encontrar con un amigo suyo, Basilio.

Fue así como me acerqué a Basilio. Él me abrió su biblioteca, que celosamente guardaba en casa de su padre, muy cerca de la suya, en la barriada capitalina del Sevillano. Basilio era muy organizado y por eso siempre encontraba lo que buscaba, porque sabía dónde estaba. Es esta una cualidad muy importante para la profesión, algo que he tenido que aprender con el paso del tiempo y que él me transmitió.

Con Basilio hice un libro, el primero que ambos publicábamos. Fue en la época en que no teníamos computadoras en casa y lo hicimos en las madrugadas o los fines de semana, yendo al CINID del INDER (luego trabajé allí) o al Centro de Cálculo del Fajardo.

El libro fue la más extensa y precisa recopilación, hasta ese instante, de la historia de las Copas del Mundo de Atletismo. Fue publicado en español, por una editora cubana y sirvió de base para el Manual que edita la IAAF (Federación Internacional de Asociaciones de Atletismo) como apoyo a cada competencia que organiza. Coincidió su publicación con la Copa del Mundo de 1992, celebrada en el Estadio Panamericano de La Habana.

En esos dos años Basilio y yo trabajamos codo a codo. Nos íbamos varias noches a la semana, hasta la mañana, al INDER. Allí fue creciendo el libro.

Además conformamos la ACEA, Asociación Cubana de Estadísticos de Atletismo. Él fue su primer presidente y yo el primer vicepresidente. Esto ocurrió en el verano de 1991, en el marco de los Juegos Panamericanos, también en La Habana.

En esa época Basilio ayudó a muchos jóvenes a acercarse al mundo del Atletismo. Roberto, Arnaldo, Alfredo, Javier y yo estuvimos cercanos a Basilio y él fue la vía para que nuestras vidas se alinearan junto al deporte que más amábamos. Cuatro de nosotros trabajamos o hemos trabajado directamente con el Atletismo; Alfredo, Roberto y yo pertenecemos a la ATFS, Asociación Internacional de Estadísticos de Atletismo y Javier escribe sobre Atletismo, regularmente, para el website de la IAAF.

Basilio deja tras de sí un legado de más de 20 libros publicados y varios en proceso de edición. Fue un estadístico de los pioneros, de cuando todo era más difícil y las comunicaciones únicamente funcionaban, con el mundo, a través de cartas. Así hizo llegar Basilio los resultados y los rankings anuales de Cuba a todos los colegas, durante muchos años, hasta que surgió la Internet.

La noticia de su repentina muerte ha sido dolorosa para todos. Quiero hacer llegar, por esta vía, mi más sentido pesar a toda su familia, a sus amigos, a los colegas del deporte en Cuba y el mundo, que sienten, como yo, su partida.

Basilio, quiero darte las gracias por lo que hiciste por mí y desde aquí te prometo que intentaré que no se pierdan las estadísticas del deporte que los dos amamos. Ambos hemos soñado con el Atletismo y estoy seguro que lo seguiremos haciendo, donde quiera que estemos.

Hasta siempre Basilio; Descansa en Paz.